- Área: 190 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Milena Villalba
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Palau-Castell de Betxí es Bien de Interés Cultural y está considerado como uno de los máximos exponentes de la arquitectura nobiliaria del Renacimiento valenciano. El handicap de la intervención es un edificio de viviendas de 5 plantas construido en los años 70 que quedó embebido dentro del claustro renacentista, ocupando parte de la planta y ofreciendo su medianera. Por otro lado hubo que asumir la imposibilidad de acometer su restauración de manera integral, ya que se trata de un ayuntamiento de apenas 6.000 habitantes.
La solución fue plantear la intervención en 8 fases bajo un plan director que estableciera un modelo de gestión integral del Palau-Castell, marcando un criterio de actuación que preservara y revitalizara la identidad cultural del edificio y lo dotase de un contenido que lo haga pervivir en el tiempo. El plan director muestra intencionadamente la obra en proceso de desarrollo, apelando al carácter evocador de ruina.
El punto de partida de la regeneración urbana del Palau-Castell de Betxí, la primera fase del plan director, se centró en el Claustro renacentista del antiguo Palacio. El edificio pasó a mediados del XIX a manos de los vecinos de Betxí, quienes adaptarán el edificio como vivienda colectiva y convertirán el patio renacentista como espacio de venta de vino, aceite e incluso como carpintería.
La mayor parte del Palau-Castell llegó a manos de Pascual Meneu a principios del XX, quien convirtió el ala sur en su vivienda y levantó un segundo cuerpo de ladrillo sobre los arcos de piedra del claustro renacentista. La principal característica que aborda el proyecto fue la pérdida de la mitad del claustro renacentista al construir en su interior dos bloques de viviendas en los 70.
En la restauración del patio renacentista como nuevo espacio urbano revitalizado, los muros se presentan descarnados, buscando la sensibilidad para entrelazar las nuevas actuaciones y la preexistencia con materiales y técnicas tradicionales que contrastan con el gran espejo construido sobre la medianera existente. La mitad perdida del claustro renacentista vuelve a cobrar vida dentro del espejo, evocando el pasado de plenitud que vivió el antiguo Palau-Castell y a la vez recuperando un espacio urbano ya olvidado por muchos que ahora vuelve a ser el centro socio-cultural que otrora fue.